¿Cuándo Bert Hellinger comenzó las nuevas constelaciones hoy llamadas constelaciones cuánticas?
Hace unos días atrás, a partir de una conversación que mantuvimos con algunos de los egresados de la escuela, me acordé de un artículo que había publicado en 2004 titulado “El desafío de las nuevas constelaciones y el rol del constelador” y me llevó hacerme esta pregunta: ¿Qué son las llamadas nuevas constelaciones o constelaciones cuánticas? Como muchas veces ocurre, volver a los orígenes resulta muy esclarecedor.
Les comparto el artículo tal cual fue publicado que siento super vigente para poder transmitirles mi visión sobre el tema, allá entonces y ahora…
El desafío de las nuevas constelaciones y el rol del constelador.
Por la Lic. Alejandra Pistorio.
Las nuevas constelaciones se han transformado en un reto para el constelado, ya no sólo un desafío para el consultante que debe renunciar a juzgar o buscar culpables sobre el problema que lo aqueja e incorporar el nuevo orden y la imagen sana que surge de la constelación.
Las nuevas constelaciones nos proponen ir un paso más allá de lo aprendido, traspasar la barrera del entendimiento y constelar aún sin comprender cabalmente lo que sucede, entregados a lo que Bert Hellinger llama Movimientos del Espíritu.
Para poder dar ese paso, el constelador debe estar dispuesto a despojarse de todo lo propio, esto incluye las creencias, las hipótesis, los conocimientos, las intenciones, las seguridad. que emanan de lo previamente aprendido. Requiere especialmente que el constelador se despoje también de su "sí mismo", o sea de todo aquello que le da identidad recordándolo del todo. Y si puede soltar esas mañas ¿qué queda?: sólo apertura, espacio, integridad, asentimiento, igualdad, reconocerse y saberse parte de algo mayo.Este es el punto de partida para aproximarse a esta nueva forma de trabajo que trasciende el campo terapéutico para adentrarse en las tierras de la sanación. Los movimientos del espíritu, al igual que la fuerza de la vida, son siempre nuevos e inesperados, no pueden ser tabulados, generalizados ni anticipados...
Son mucho más abarcativos que cualquier hipótesis posible, es por lo que en estas constelaciones tanto el consultante como el terapeuta se arrojan juntos al abismo que trasciende la cognición y navegan en el espacio de lo no nacido, de lo sin forma, de lo que aún no se manifestó, lo hacen sin necesidad de timón ya que se dejan conducir.
El constelador es guiado desde su "no saber" por un saber omnisciente, por una fuerza creadora que está siempre presente aunque resulte invisible a nuestros ojos la mayor parte del tiempo.
Este poder esencial se manifiesta constantemente en todo tiempo y lugar más allá de nuestras comprensiones. Nuestro temor a lo que está más lejos que nuestro conocimiento, nuestras posiciones tomadas, levantan muros que nos separan de esa fuerza vital en la que todo está en su lugar y en equilibrio. Dice Tarthang Tulku:”Como la imagen doble y borrosa de la fotografía de un objeto en movimiento, la imágen que nos hemos hecho de nosotros mismos y del mundo puede que no refleje con precisión las realidades que experimentamos".
La vida no se detiene es cambio y movimiento continuo, ningún momento es como el anterior, por lo tanto no puede ser capturado por ningún concepto, orden, ni imagen fija.
Desde esa mirada, cada vez que anteponemos una hipótesis a la experiencia, sólo logramos hacerla difusa, distorsionada, borrosa. El movimiento para que siga siendo movimiento no puede detenerse, cristalizarse, ni encajonarse entre los bordes de palabras o conceptos; cuando lo hacernos es cómo ir hacia el futuro de espaldas, mirando hacia el pasado, hacia alguna hipótesis o posible conexión previamente anticipada desde nuestro supuesto saber.
Es por esto que una pregunta que nos podemos hacer al iniciarnos en este desafío es ¿cuán lejos nos permitimos ir con nuestra percepción antes de sucumbir a las sentencia de nuestro pensamiento.? ¿Estamos dispuestos realmente a abrimos como constelador a lo que revelan los movimientos del espíritu en una constelación aunque no podamos comprenderlo?
Veamos cómo ilustra esta situación un cuento de tradición budista : "Hay una historia de un antiguo viajero que pasó por una aldea. Los aldeanos estaban demasiado ocupados en sus labores como para prestar demasiado atención, pero un chico me aún no tenía edad para trabajar, escuchó encantado las historias que le contó el viajero. Las escuchó maravillado mientras el viajero le describió el esplendor de una ciudad lejana con los muros bordeados de templos coronados con torres de oro. En aquel lugar no existía ninguna clase de sufrimiento, todos sus habitantes gozaban de grandes riquezas y vivían en paz. Mientras el chico escuchaba la descripción del desconocido, la vida en la aldea le pareció de pronto rutinaria y miserable y decidió hacer todo lo posible por cambiar la situación. iría a la ciudad, aprendería cómo era la vida allí y volvería para compartir sus conocimientos con los aldeanos. Aunque el chico nunca había salido de la aldea, partió enseguida hacia la dirección que el viajero le indicó. Estuvo caminando todo el día y al anochecer ya habla llegado al pie de una remota cordillera que se extendía en la lejanía. Decepcionado, se detuvo para descansar. Seguro que nadie ha viajado tan lejos como yo, pero no he encontrado ninguna ciudad, pensó. El desconocido le había asegurado que existía. ¡La descripción que había hecho era tan real! Pero debía de haber mentido, o quizá estaba loco. Ahora he llegado a las Montañas que todos conocemos por lindar con el Fin del mundo Si sigo avanzando me caeré por el abismo y sufriré una muerte terrible; se dijo. La imagen de la ciudad dorada se desvaneció. El chico dio media vuelta y volvio a la aldea caminando sobre sus pasos en medio de la oscuridad. En cuanto llegó a su casa sano y salvo, se prometió firmemente que nadie le engañaría nunca más. Volvió a llevar la vida de siempre y pronto olvidó su descontento con la vida cotidiana. Cuando le llegó la edad, se casó, formó una familia. En invierno reunía a sus hijos alrededor del fuego de la chimenea y les advertía que nunca hicieran caso de las disparatadas historias que contaban los desconocidos. Y sus hijos siguieron sus consejos, al igual que lo hicieron los hijos de sus hijos, y los hijos de éstos". Como el niño de la historia, nos encontramos en esta nueva forma de trabajo con un territorio que aún no figura en los mapas, que quizás nunca lo encontremos en la cartografía aprendida. Podemos decir, igual que el pequeño, que no existe y retomar a la aldea, o animamos a traspasar los confines de lo conocido entregándonos a lo que ese más allá. Sólo al soltar nuestras comprensiones podernos incluir lo más amplio y llegar a escuchar, como dicen los maestros del zen, "el magnífico, sonido de una mano sola que aplaude” ésta es, según mi apreciación, la invitación en los Movimientos del Espíritu.
Y releyendo esta nota con los ojos del hoy vuelvo a invitarlos a este misterio que son las constelaciones, ¿nuevas o viejas…? donde no hay mapas, no hay pensamientos solo hay un pulsar, un movimiento más grande que nos guía y nos lleva…
CUANDO COMIENZA MI HISTORIA
Somos menos libres de lo que creemos, pero tenemos la posibilidad de conquistar nuestra libertad y de salir del destino repetitivo de nuestra historia si comprendemos los complejos vínculos que se van tejiendo en nuestra familia - Anne Shutzemberger, psicóloga francesa -
A lo largo de tu vida, ¿te has visto experimentando situaciones que sentías que no te pertenecían, que las llevabas desde siempre, o las sentías como injustas? Cuántas veces te encontraste pensando ¿por qué a mi…?
Creo que la respuesta a estas preguntas la podemos encontrar en nuestro origen, en nuestro pasado ancestral.
¿Cuándo comienza mi historia?
Nuestros padres nos transmiten la vida. A ellos, se la transmitieron nuestros abuelos. También ellos fueron hijos, herederos de una vida transmitida por sus padres. Nuestra vida comienza mucho antes de nuestra existencia, de nuestro nacimiento y está profunda e íntimamente ligada a nuestros ancestros. Sus alegrías, tristezas, hambrunas, situaciones de guerra, amores, renunciamientos, enfermedades, encuentros y desencuentros; todas sus experiencias de vida quedan proyectadas sobre la nuestra.
Cuando somos conscientes de ello podemos ver que los sucesos del aquí y ahora tienen una íntima relación con el “allá y entonces”. Y cuando podemos mirar esa relación -aquello que transitamos con dolor o sentimiento de injusticia- entonces cobra sentido. Desde muy pequeña me acompaño un sensación de soledad…recuerdo tantos momentos donde me quedaba muy quieta mirando algo, sentada en el patio de mi casa acariciando mi perro, o dibujando, y al mismo tiempo rodeada de muchos seres queridos, hermanos, primos, abuelos…pero la soledad la sentía igual. Cuando pude ver, que fue mi nono quién se quedó solo a sus dos años cuando su madre muere en el parto y junto a ella su hijo, el único hermano de mi nono, y su padre lleno de dolor se fue a la montaña y bajo después de ocho años, …ahí comprendí mi sentimiento. En mi casa siempre se contó esta historia, pero sin querer, nunca se le dio lugar y reconocimiento a su hermano muerto días después del parto, y al dolor y soledad del Nono... cuando pude ver esto esa sensación que me acompaño muchos años tuvo tanto sentido, ella me mostró quién faltaba: mi tío abuelo…y la soledad de mi nono. Hoy, la soledad ya no me acompaña y sí esa fuerza y amor que él nos dejó. ¡Gracias Nono!
Cuando miro esa situación que conflictúa mi presente -al igual que mi vida, que comenzó mucho antes de mi nacimiento-, puedo advertir que esa tensión puede tener origen en el pasado. Esto nos lleva a pensar que hay una dialéctica entre el pasado y el presente. Un diálogo que se va entrelazando, creando sucesos, creando vida y muerte.
Aunque no seamos conscientes, todos estamos en un continuo intercambio con el ambiente y con nuestro pasado, incluso con el ocurrido antes de haber nacido. Es como la música, donde la nota que hoy toco resuena con otra que continúa a otra y que incluso los silencios, al igual que los secretos familiares, son parte de esta sinfonía, de nuestra historia. Nuestra historia personal se articula con la historia familiar y a su vez con la historia de la comunidad. Es por eso que las guerras, los genocidios, las catástrofes naturales que afectaron a la comunidad a la que pertenecían nuestros ancestros, también están presentes en nuestra vida.
Entonces me pregunto: ¿Es posible Ser libres?
Bert Hellinger, el creador de las constelaciones familiares, nos muestra que el sistema familiar es una totalidad en sí misma, donde sus partes están íntimamente relacionadas aún las más lejanas y desconocidas. Cualquier parte separada de la totalidad del sistema no puede existir y carece de sentido, como tampoco podemos comprender la totalidad sin las partes.
Observó que las enfermedades, situaciones dolorosas, conflictos, impedimentos, incluso sentimientos o sensaciones que nos acompañan y no podemos explicarlas, son indicadores que algo en el pasado no está reconocido, compensado, incluido o acabado.
Cuando podemos dar lugar a todos los que integraron este gran sistema familiar y a los sucesos que nuestros ancestros vivieron, el pasado se completa y comenzamos a sanar. Bert Hellinger nos dice: “Cuando el círculo se completa estamos en paz”… Recuerdo una paciente que tenía un fuerte dolor de cabeza, acompañada de un zumbido muy fuerte en sus oídos, después de haberse hecho muchos estudios los médicos le sugirieron que vaya a un psicólogo, ahí la conocí*. Cuando comenzamos a trabajar con su historia familiar se dio cuenta que de su abuela materna poco se sabía: era una persona muy buena y murió cuando la madre de mi paciente tenía 10 años. Al averiguar un poco más de su vida, su madre le contó que había estado en un campo de concentración en el norte de Italia en la época de Mussolini por ser judía. Estuvo encerrada hasta que termino la guerra. Y como esto causaba mucho dolor en la familia, no se hablaba de este tema…como si al no contarlo eso dejaría de doler o existir…pero su nieta de alguna manera con los zumbidos y su dolor de cabeza conecto con su abuela que habrá escuchado y sentido tantas bombas y visto tanta muerte…al integrar lo excluido los dolores menguaron y sobre todo recuperó a su abuela, a su valentía y sobrevivencia…ella logró quedarse con la vida. Al integrar la historia de su abuela el círculo, del que nos habla Bert Hellinger, se completo y recupero un poco más de paz y amor.
Al mirar nuestro sistema familiar, que puede ser comparado con un mapa, donde podemos ver las huellas del pasado ancestral, no solo podemos entender y comprender, también podemos salir de ciertos patrones y de la comodidad -muchas veces incómoda-, para ir a un lugar de transformación y autoconocimiento, que nos posibilita grados de libertad.
Entonces ¿sería posible ver de otro modo esas escenas que en un inicio calificamos como injustas?
Las Constelaciones Familiares me han mostrado que la reconciliación con nuestro pasado propio y ancestral nos permite ir con toda nuestra fuerza hacia nuestro destino y libertad.
Lic Marina Pistorio.
Equipo Dragma.
*Ante cualquier enfermedad es necesario consultar a un médico.
Por estar a favor de la vida estoy a favor de la despenalización del aborto
Lic. Alejandra Beatriz Pistorio
No se está debatiendo si “sí o no” al aborto, se ha decidido en una primera instancia y se continuará decidiendo, si las mujeres que optan no continuar con su embarazo y los profesionales que acuden a su ayuda en esta decisión, deben estar penalizados o no por la ley.
Es importante puntualizar que se está debatiendo sobre un hecho que es una práctica social extremadamente antigua, a la que las mujeres accedieron, acceden y continuarán accediendo más allá de permisos o legalizaciones.
Les legisladores tienen ahora la oportunidad de ponerse al servicio de las verdaderas necesidades de las mujeres, dando una nueva respuesta. Pueden entonces abrir los ojos para ver, los oídos para escuchar y el corazón para legislar acorde a la realidad y no a un mundo ilusorio y moralista, que aún haciendo los mayores esfuerzos, no logra imponer de facto su posición.
¿Podríamos imaginar lo que ocurriría si todas las mujeres que han abortado abierta o secretamente, y les que intervinieron en esas prácticas estuvieran presos? ¿Cuántos estarían de un lado y cuántos del otro de las rejas?
¿No es esta realidad lo suficientemente relevante como para impulsarnos a cambiar la perspectiva? Y reflexionar por ejemplo en ¿Cómo cuidar de mejor manera a las mujeres que optan por no continuar con su embarazo? ¿De qué manera colaborar desde el estado en empoderarlas para que las secuelas del aborto sean menores? ¿Podremos aprovechar la oportunidad de este emergente social que, como todo conflicto, tiene el potencial de impulsarnos hacia algo nuevo, superador de lo anterior y por eso mismo más abarcativo?
Las mujeres tienen la misma posibilidad independientemente de su condición social y económica de quedar embarazadas, se está pidiendo que la ley ayude a que tengan la misma posibilidad para interrumpir el embarazo.
Ninguna mujer llega por propia voluntad a la decisión de abortar como primera opción, para todas ellas es la última y tiene fuertes consecuencias.
En mi práctica como psicóloga y consteladora familiar desde hace casi 20 años, he visto sistemáticamente las secuelas emocionales, relacionales, físicas y espirituales después de un aborto. Un aborto es una pérdida muy grande, la pérdida de algo que se inicia en el seno más íntimo y profundo de una mujer, producto de una relación sexual, consensuada o no. Esta pérdida es en sí misma un eslabón importante de una cadena de consecuencias, emocionales, físicas, materiales, de condiciones de vida, espirituales, etcétera.
Toda acción trae consecuencias. Ganamos grandeza cuando podemos asumirlas, sean cuales sean. Si es la mujer la que pone y expone su cuerpo ante un embarazo ¿Quién más que ella podría decidir continuarlo o no? Es entonces que me pregunto ¿Por qué el estado se arroga el derecho de agravar e imponer más consecuencias? ¿Por qué se atribuye un poder que está por encima del poder de la mujer, si no es él quien va a hacerse cargo de sus consecuencias? Juzga, penaliza y dictamina, colocando de esta manera a la mujer en una posición infantil, sancionada por un poder patriarcal y
autoritario.
El mismo estado actúa de manera muy diferente ante el gran poder económico de los dueños de laboratorios, centros de fertilización y los profesionales que allí trabajan, descartando o congelando embriones.
Entonces vuelvo a preguntarme: ¿De qué se trata realmente?
Muchas personas estamos compartiendo nuestras reflexiones al respecto. La mía -que incorpora mi manera de trabajar con las constelaciones familiares- sólo pretende comenzar por tocar dos puntos de los cientos que se abren:
1- La penalización de las mujeres que interrumpen el embarazo como un intento de la sociedad patriarcal de socavar el poder inherente a la mujer y su lugar en el planeta.
2- Las consecuencias nefastas para la humanidad de toda postura totalitaria.
Respecto del primer punto, parto de que las mujeres somos las que tenemos la última palabra respecto al “Sí “ o “No” a la vida, es nuestro derecho y nuestro poder. Es lo que marca en última instancia el gran peso específico que tenemos en el planeta, y esto es lo que no se tolera. Creo que por esta razón en lugar de ayudar al empoderamiento de las mujeres, se intenta socavar su poder. El artículo 3 de la Convención de Belem do Pará sostiene 1 : “Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia”.
¿No es acaso violenta una legislación que no respete el poder soberano de la mujer sobre el “Sí o No” a engendrar vida en su propio cuerpo?
Hasta la actualidad, el estado no se hace cargo de las consecuencias de su ausencia como proveedor por ejemplo de educación sexual. En lugar de asumir su responsabilidad en este problema, proyecta su culpa sobre la mujer, a quien penaliza hasta con prisión por intentar detener con un aborto, lo que no supo o pudo antes. Estamos en un momento en que esta ceguera se está disipando. El congreso de la nación se está permitiendo rever en un profundo debate la perversión de este mecanismo.
Es un momento para poder reflexionar ampliamente, cada uno desde su lugar, aportando ideas para soluciones que sirvan a todes. Hay soluciones más profundas y a largo plazo como el derecho de todos los niños, niñas, jóvenes y adolecentes de acceder a una educación sexual que les permita disfrutar plenamente de la sexualidad y conocer las consecuencias inherentes a este Gran Acto. Son los programas de educación sexual los responsables de poder trasmitir con claridad distintas formas de prevenir las múltiples consecuencias del ejercicio de la sexualidad.
En mi práctica como psicóloga y consteladora, son muchos los casos de mujeres, hijos, hijas, hombres, que acuden a una constelación familiar en la que se devela las consecuencias de un aborto. Los procesos de sanación vienen de la mano de la inclusión. Lo que puede apreciarse es que ante un aborto hay mucho excluido. En las mujeres especialmente, se trata de que puedan ir más allá de un sentimiento de culpa que en general acarrean, dejando atrás la dialéctica: “culpa – castigo” que siempre conlleva más sufrimiento; hacia una mirada más amplia, compasiva y amorosa que pueda incluir la posibilidad de reparación. De esta manera estaríamos promoviendo una cultura de paz en lugar de punición.
Y aquí viene el segundo punto que quería abordar desde la mirada de las constelaciones familiares (según mi parecer): “Las consecuencias nefastas para la sociedad de cualquier postura totalitaria”
La historia muestra como los regímenes totalitarios -que pretenden imponer una posición ideológica, económica, política, cultural, religiosa, racial- sólo logran que las posturas opuestas se consoliden desde la resistencia y a la corta o a la larga se vuelvan a hacer presentes en el escenario, del que en realidad nunca se fueron.
El camino de la imposición, definitivamente: ¡No resuelve! Sólo logra que se haga invisible al poder dominante, momentáneamente, lo que el mismo poder ataca.
La fricción en el mundo proviene de identificarse con un grupo en contra de otro. ¿Por qué imponer una postura respecto a la temática del aborto condenando a las mujeres que lo practican por parte de aquellos que no quieren hacerlo?
Muches de los que están a favor de la penalización del aborto no saben siquiera si su propia madre ha hecho secretamente un aborto antes o después de su nacimiento. Me pregunto, si se tratara de su propia madre: ¿Continuarían estando de acuerdo en la penalización del mismo?
Para direccionarnos hacia una cultura que abogue por la paz, irremediablemente tenemos que abrir los límites de la conciencia personal-excluyente hacia una conciencia social-inclusiva. Superar los antagonismos producto de la identificación con una parte, para abarcar en nuestra conciencia y corazón a todas.
¿Cómo mirar más allá de la visión de la caja donde cada uno, una, se encuentra? Estar a favor de la vida es estar a favor de la diversidad. La vida es diversidad, se nutre de ella, por eso mismo es tan rica y compleja. En la abundancia de la vida todo y todes, tenemos lugar: lo lindo, lo feo, lo bueno, lo malo, lo limpio y lo sucio, aún la muerte. Pretender eliminar una parte es socavar la vida.
En esta crisis tenemos la oportunidad de mirar con nuevos ojos un viejo problema, un problema que evidentemente no tuvo solución con las medidas tomadas hasta este momento; más bien lo contrario, las medidas vigentes sólo agravan las consecuencias ligadas a la temática del aborto.
Sería maravilloso que el derecho logre establecer leyes, que puedan ser aplicadas en relación al contexto real, y que contemplen los sentimientos de los seres humanos a los que se aplican; sólo así estarán al servicio del desarrollo armónico de la sociedad.Este momento histórico nos interpela a cambiar las perspectivas desde la que se ha mirado no solo la temática del aborto, sino las consecuencias de querer imponer una ideología, una creencia, una visión.
Como argentines, más ampliamente como humanes, sabemos las consecuencias del totalitarismo.
Abogo por: ¡La Vida en su Grandeza!, por la dignidad del ser humano, por el crecimiento de una sociedad más justa, compasiva e inclusiva; porque quienes estamos reflexionando a partir de esta temática y estamos a favor de la vida (incluyo las dos posturas) podamos llevar a nuestro día a día lo que dijo M. Gandhi: ¡VIVAN EL CAMBIO QUE QUIEREN SER!
El latido del cielo en nuestros corazones.
La astrología es un lenguaje sagrado que se sustenta en la percepción del universo como unidad.
Decodificar y comprender sus símbolos es la oportunidad de hacer un salto cuántico a otro nivel de la realidad: el energético. En este otro plano no opera la dualidad, entonces las experiencias de vida dejan de ser juzgadas por nuestro psiquismo como buenas o malas, lindas o feas. Se abre un campo más integro donde cambian las preguntas, aunque no encontremos las respuestas, donde empiezan a difuminarse las líneas divisorias entre el arriba y el abajo, entre el adentro y el afuera.
Es una invitación a desarrollar una percepción más integrada, capaz de encender los ojos del alma para ver más profundo, para que se iluminen los hilos invisibles por los que estamos todos interconectados, para descubrir a través de la experiencia que podemos empezar a ver junto lo que creíamos separado.
Entonces mirar para arriba y abrirnos a la melodía del universo, nos convierte en bailarines cósmicos de la música del cielo en la tierra. Porque como es arriba es abajo.
Entonces mirar hacia afuera es comprender que el destino es la verdad de lo que somos, que lo que nos sucede no es ajeno a nosotros mismos. Porque como es adentro es afuera.
Y así el viaje de la vida se transforma en un precioso y complejo holograma que va juntando nuestras partes, va integrando nuestro ser.
La astrología se estudia, pero no es un saber, es una viva experiencia en red. Es despertar del sueño de la separatividad hacia una percepción que encuentra conexiones donde antes no las veía.
Es un aprendizaje que construimos juntos cuando empezamos a reconocernos puentes los unos de los otros para encontrar el camino hacia nosotros mismos. Es un servicio de reconexión con nuestra naturaleza energética, con ese pedacito de cielo que somos y hemos venido a manifestar.
Nuestra formación propone un viaje que nos abre a una conciencia más grande, en la que el YO se disuelve en el NOSOTROS, porque nos vamos descubriendo en vinculo, nos vamos sintiendo puntos del gran tejido de la humanidad. Nos vamos reconociendo JUNTOS.
Nuestra invitación entonces, no es solo a aprender, sino a investigar a través de la carta natal de cada integrante del grupo, este nuevo paradigma vincular y la inteligencia de su trama.
Nuestro propósito es que cada estudiante pueda sentir el latido del cielo en su corazón y encuentre el canal para reconectar con el pulso de su existencia. Sera el aprendizaje vivencial y la transformación personal, la experiencia habilitante para luego, poder acompañar a otros a sintonizar con la música del alma.
Laura Levin